martes, 30 de diciembre de 2014

Expediente Desaparecido…Archivo Muerto… la desmemoria

Expediente Desaparecido…Archivo Muerto… la desmemoria (autor tenejapanboy)

24 diciembre, 2014
Tomado de: Radio Zapote 

Ellos no eran los únicos padres que buscaban a sus hijos y no eran los únicos que cada día recibían la bofetada de la indiferencia y desprecio gubernamental ante su dolor. Y aunque la búsqueda era infructuosa y las decepciones constantes, ninguno de los dos pensó en abandonar la búsqueda de su único hijo. Y a pesar del dolor y de la incertidumbre que los hacía por momentos flaquear, ni ella, ni él, se dieron el beneficio del desahogo de soltar una sola lágrima, pues la certeza de que encontrarían con bien a su hijo fortalecía su fe y alentaba su deseo de luchar por encontrarlo y por ayudar, en lo que se pudiera, a otras personas que en su misma situación buscaban a sus familiares y amigos desaparecidos en todo el país.

Hasta ahora entendía el porqué de las paladas y los balazos a lo lejos, ahora sabía que había pasado a los otros desnudos que como él vagaban sin rumbo fijo por el bosque ese dando vueltas y más vueltas sin saber la razón. En ese momento comprendió la desmemoria y a la vez en ese preciso momento todo llegó a su mente en un torrente de sorpresa, dolor y coraje, en ese momento, ahí parado ante la ventana de la casa paterna comprendió todo y supo que él, para su familia, había desaparecido definitivamente y que junto con él miles de personas en este país sufrían del mismo dolor y coraje; entonces se estremeció, no quería doblarse, aguantó el grito que luchaba por salir de su garganta pero se contuvo, no deseaba dar lugar al dolor, no quería rendirsé ante la dura realidad y aun así, conteniendo su coraje , sintió como una lágrima empezaba a rodar por su rostro.

Mientras a lo lejos escuchaba los “Feliz Navidad”, ella apartó la vista del nacimiento y en silencio se levantó de donde estaba y fue hacia una de las ventanas del local para ver el cielo estrellado, en ese momento se le nubló la vista y acto seguido con el dorso de la mano secó un lágrima (que había escapado de uno de sus ojos y lentamente rodaba por su impávido rostro), mientras juraba, como lo han hecho miles de madres y padres en este país, que pasara lo que pasara, no dejaría de buscar a su hijo.

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