“Los Rostros del Feminicidio” en museo Casa de la Memoria Indómita.
Por Yubya Rocha
Este 26 de octubre tuvimos la oportunidad de presentar nuestro trabajo “Los Rostros del Feminicidio” en el Museo Casa de la Memoria Indómita en la ciudad de México. Se cumplen 25 meses desde la desaparición de los estudiantes normalistas en Ayotzinapa, Guerrero. La jornada comenzó con monólogo sobre desaparición forzada por parte de un compañero de la Universidad Nacional Autónoma de México. Después Juan José Sánchez, del Círculo de Estudios Central, nos presentó a Maclovio Fierro, Daniel Terrones y a mí.
Iniciamos presentando un promo de tres minutos del documental Daughters of Femicide. Ya que he trabajado como asistente de investigación en este proyecto desde el año 2014. Uno de los principales objetivos del mismo es mostrar la incansable lucha que Don José Luis Castillo ha emprendido para encontrar a su hija Esmeralda (desaparecida en el año 2009 en ciudad Juárez). A lo largo de este trabajo hemos recorrido la ciudad entera entrevistando a mucha gente, documentamos los lugares relacionados a estos crímenes: hoteles, bares del centro, terrenos baldíos, empresas maquiladoras, casas de seguridad, camiones de transporte público, etc. El trabajo como asistente de investigación en este y otros documentales, me ha dado la oportunidad de conocer algunos casos a profundidad. De ahí surge el interés por no solamente entender mi realidad si no tratar de cambiarla.
Luego seguimos con la presentación del proyecto de muralismo sobre los feminicidios y las desapariciones forzadas de mujeres en ciudad Juárez, Acción que llevamos a cabo con el objetivo principal de denunciar de manera pública el feminicidio, la trata y desaparición forzada de mujeres como lo que consideramos que son: crímenes de Estado.
Tomamos la palabra para decirles:
Nuestro trabajo lo hacemos en barrios de nuestra frontera donde los vecinos muy amablemente nos facilitan la barda exterior de sus casas para pintar. Procuramos que sea en la misma colonia donde la chica creció o donde su familia vive actualmente. Siempre tratamos de acompañar nuestra intervención con talleres de graffiti para los chavos del barrio que se sienten interesados por lo que hacemos. Maclovio les enseña con el aerosol y yo me encargo de los pinceles y la pintura acrílica. Se trata de una forma de denuncia pública como cualquier otra. En este caso nuestras herramientas no son sólo la palabra y el megáfono, sino la pintura y el pincel. Ha sido un trabajo donde todos terminamos cada acción aprendiendo cosas nuevas. Es un esfuerzo por reapropiamos del espacio público estando conscientes de que somos continuamente observados por la policía y sabemos que no les gusta lo que hacemos. A pesar de esto, nunca nos han molestado o incomodado directamente y todos los murales que hemos pintado permanecen intactos hasta ahora.
Ver completo: En Radio Marginal
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