jueves, 4 de mayo de 2017

Declaración Conjunta de Emergencia

¡NO MÁS FEMINICIDIOS, ALTO A LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES!

¡Exigimos freno a la inseguridad en los Campus Universitarios!
Declaración Conjunta de Emergencia
El asesinato de esta mujer y su descubrimiento en las inmediaciones de una instalación Universitaria, se dan en el marco de la escandalosa “revelación”, más bien a todas luces conocida, de la violencia contra las mujeres que se vive a diario en el campus universitario, en donde también han tomado parte profesores, trabajadores y estudiantes y con casos como el de Marcelino Perelló como sus máximos representantes. Delitos que se encuentran al amparo de funcionarios del gobierno universitario, en una suerte de acoso y violencia solapada por las instituciones que operan dentro de la casa de estudios.
Al feminicidio del día de ayer se suma el pronunciamiento emitido por la Dirección General de Comunicación Social de la UNAM donde “La UNAM informa (…) su repudio a cualquier tipo de ilícito cometido en sus instalaciones” [3]. Hasta ahí la institución evita ponerle nombre y apellido a este crimen. El remate lo hace la Procuraduria de Justicia (PGJDF) cuando ofrece datos sobre la víctima que la responsabilizan de su propia muerte [4].

Se trata de un Feminicidio hallado en Ciudad Universitaria y las declaraciones de los funcionarios sólo revelan la voluntad por restar importancia y criminalizar a las víctimas de la violencia, de la misma forma que hace el gobierno federal actual y sus antecesores con las víctimas; pretendiendo sea este el camino para cerrar y olvidar el caso. Esta es pues una de las “mejores universidades de América Latina”, donde la violencia contra las mujeres está institucionalizada.
Esta actitud de las autoridades universitarias frente a la violencia no es nueva, es la de siempre. Apenas el 15 de diciembre del año pasado, diferentes Consejeros Universitarios solicitaron a las autoridades de la UNAM información sobre las acciones que se realizan contra la inseguridad en los distintos Campus. En dicha discusión el Rector Graue salió por la tangente hablando de los puntos de venta de droga, de los “ilícitos” y del marco legal actual que hay con la entrada en operación del proceso acusatorio de justicia, que a su juicio, es únicamente el motivo por el cual quienes cometen delitos vuelven a salir a las calles [5].
No es casualidad todo lo anterior, es la enajenación y burocratización del gobierno central y  los patriarcales órganos de gobierno universitarios, que ante el incremento de la inseguridad y violencia contra las mujeres y la comunidad en su conjunto, únicamente tienen como fórmula permanente la solicitud de mayor vigilancia y presencia policíaca, que incluso para ellos no tendría ninguna importancia si la policía está dentro de las instalaciones.
Muestra de esto es el exorbitante presupuesto que se asigna para el pago de vigilancia Universitaria y cámaras de seguridad al interior de las instalaciones universitarias, mismas que no han contribuido en la disminución de la comisión de delitos y mucho menos en la identificación de quienes los cometen, para el auxilio de los miembros de la comunidad. Desde hace varios meses se ha percibido un incremento en el acoso, en los asaltos a miembros de la comunidad Universitaria y personas que circulan diariamente por CU, así como el robo de bicicletas y vehículos estacionados en el campus.
Desde Rosas Rojas y organizaciones simpatizantes, sostenemos que es deber de la comunidad estudiantil académica y administrativa seguir insistiendo en la construcción de un modelo de universidad segura que ponga el feminicidio y la violencia contra las mujeres como la prioridad más alta, así como la seguridad de todas las personas que asisten a las instalaciones universitarias. Sin reparo decimos que la seguridad no es equivalente al control, por ello rechazamos la intromisión policiaca y el aumento a los esquemas de vigilancia en el campus, medidas que ya demostraron sus fracasos desde Ciudad Juárez hasta la frontera con Guatemala. La organización efectiva de las mujeres y de los tres sectores que conforman la universidad, deben pasar a ejercer las tareas que el gobierno central simplemente omite como es la de la seguridad.
Exigimos a las actuales autoridades universitarias un informe sobre las medidas que se han tomado para reducir los índices de delitos y violencia al interior del Campus; que se informe a la comunidad Universitaria sobre los avances en las investigaciones de los delitos que se han desarrollado al interior de los Campus, en el caso específico del acoso hacia las mujeres, que rindan cuentas sobre las cantidad de delitos denunciados y qué han hecho al respecto, ya que es una problemática que vivimos diariamente miles de compañeras dentro de la universidad y ante lo cual el protocolo de género ha demostrado su fracaso por tan siquiera ser reconocido por la comunidad universitaria.
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