Tomado de: AZeta La Gaceta
De repente todo se volcó en el Gasolinazo, y hay dos vertientes en lo que sucede en todo el país, luego de la inédita reacción del pueblo, pero también organizaciones afines a los poderes económicos y políticos movieron sus estructuras, ahogar a la federación, ojo, que los poderes fácticos al parecer han dejado solo a Peña, y es peligroso porque acorralado el perro, tiene al ejército.
Así es, lo que al parecer contuvo de violencia y saqueos innecesarios en Chihuahua fue la conciencia del pueblo organizado, que sin saber se sumaron a la reacción empresarial y campesina (organizada) para dirigir su campaña electoral en pegarle al presidente y culparlo de todo, los partidos aliados también parecen haberlo dejado solo.
Tal vez, tal vez las organizaciones campesinas no se imaginaron que el pueblo consiente y otras agrupaciones sociales saldrían a respaldar dignamente a la gente del campo en su lucha contra el alza a los combustibles ocasionadas por una despetrolizacíón de la economía mexicana con la privatización del sector, algo que ellos saben y en algún momento, lo arengaron.
Era una lucha de resistencia, mantener el bloqueo económico en los bloqueos carreteros, detener la actividad en las instalaciones de Pemex donde se surten las pipas, paralizar la ciudad y el estado ¿en serio?
Hay dos vertientes luego de la protesta, desembocó en dos exigencias, ambas contrapuestas, es la sociedad Mexicana dividida, los que piden detener el alza de la gasolina y políticas que protejan a los más pobres de estas actividades empresariales con nuestra industria y los que exigen continué este despojo nacional, pero con un respiro para los que más tienen.
De un lado, se exige detener las políticas de desmantelamiento de la industria nacional, los más pobres han quedado desamparados ante un gobierno que ha dejado su obligación para proteger a los ciudadanos de poderes económicos, políticos o extranjeros, por el contrario han hecho negocios y nos ha vendido, como nación y como pueblo, pero el pueblo no parece aceptar, o son las mismas condiciones de ebullición social, pobreza y desigualdad las que al parecer han hecho despertar a algunos, porque son muchos los que no alcanzan a entender la magnitud de lo que está pasando.
Por otro lado, están los que tienen, empresarios, comerciantes, productores agrícolas, ganaderos, accionistas, cúpulas políticas, empresas monopolicas y familiares, los dueños de la industria privatizada y la iglesia, ellos se han sumado al PAN y a los intereses financieros de los antes mencionados, para culpar al gobierno del PRI del desastre nacional y con la hipócrita bandera de REDUCIR un impuesto a la gasolina que nos venden cara desde Estados Unidos con petróleo nacional.
Los poderes económicos nacionales y empresas que juegan en bolsa, exigen una reducción al impuesto especial de la gasolina, el mentado IEPS (Impuesto Especial sobre Producción y Servicios), quieren que el gobierno les perdone el 50 por ciento de este impuesto que tiene la gasolina, unos dos pesos aproximadamente al litro de gasolina.
Sin embargo, esta medida es meramente pasajera, nadie sabe a ciencia cierta a qué precio pueda llegar el litro en los próximos meses, pues en febrero se liberará totalmente el precio al Mercado internacional, a ese casino gigante monstruoso que consume países y pueblos, y que de la noche a la mañana puede desaparecer ganancias millonarias y tumbar las bolsas de valores y ahí estaremos a merced del Mercado y todavía no llega Donald Trump.
Los poderes simulan borrar sus diferencias y unirse en una sola causa, (reducir el IEPS), incluso quienes pudieran parecer enfrentados productores agrícolas y grandes empresas, ambos en Chihuahua han permitido que el gobernador Javier Corral sea quien encause esta exigencia ante la federación, ósea, dejan su lucha a Corral, al panista que le inventó un puesto más alto que el secretario de gobierno, Gustavo Madero, recordemos que el presidente de Coparmex en Chihuahua es hermano de Madero, Álvaro, tampoco olvidemos que algunos líderes y organizaciones agrícolas sostuvieron la campaña electoral de Javier Corral en regiones rurales del estado, todos muy amigos, menos el pueblo.
Los ciudadanos que se solidarizaron al bloqueo en Pemex, vieron como los transportistas se retiraban, luego del desalojo por la mañana, los pertrechado ciudadanos en su campamento convocaron a las organizaciones y ciudadanos a una asamblea popular en la plaza de armas, ante ciudadanos que cuestionaban como continuaría la resistencia y gente que llegaba con agua y alimentos.
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