El imperialismo en la Cuba capitalista
26 Mar, 2016 / Tomado de LIT-CI (USA)
La visita de Obama a Cuba
simboliza el avance político y económico del imperialismo en el continente latinoamericano.
Mientras los gobiernos llamados alternativos se hunden en la crisis y van
dejando el espacio político que coparon en la pasada década, el imperialismo y
sus agentes lo van ocupando.
Después de restaurado el capitalismo en
Cuba, un sector del imperialismo norteamericano pedía acabar con el bloqueo
para ingresar a participar del pastel, pero el gobierno de Bush se resistió.
Obama, al ganar las elecciones presidenciales, se propuso restablecer las
relaciones políticas y económicas con el gobierno cubano, pero sólo hasta
diciembre de 2013 se dio el primer paso, cuando Obama y Raúl Castro se
encontraron en el funeral de Nelson Mandela. Luego un agente imperialista
vestido con sotana, el Papa Francisco, intervino para dar un empujón y así
avanzar en los acuerdos.
La negociación del imperialismo
norteamericano con los Castro no fue solamente sobre el descongelamiento de
relaciones ente los dos estados. Fue un acuerdo global sobre la política y
planes de semicoloniazación para el continente latinoamericano. Como un aspecto
de ello se colocó en la agenda, la negociación con la guerrilla colombiana.
La visita de Obama a la Habana tiene por
objetivo dejar en firme el regreso del imperialismo a la isla, antes de
terminar su gobierno, posicionarse mejor políticamente en el continente y de
paso empujar el acuerdo de paz entre Santos y las Farc.
En la década pasada, producto de un
ascenso de luchas, canalizadas por la vía electoral, surgieron nuevos gobiernos
en Latinoamérica que prometían gobernar a favor de los pobres. Pero todos
continuaron aplicando los planes neoliberales de sus predecesores, sólo que
aderezándolos con asistencialismo, gracias al boom económico de las materias
primas y el petróleo. Chávez, el más radical y “antiimperialista” con su discurso
del “Socialismo del Siglo XXI”, mantuvo la propiedad privada sobre los medios
de producción, al tiempo que auspició a la llamada boliburguesía, con la
colaboración directa del gobierno cubano. Lo mismo sucedió en Brasil con Lula,
en Bolivia con Evo Morales, en Ecuador con Correa, en Uruguay con Tabaré
Vázquez y Mujica, en Argentina los Kirchner, en Chile con Bachelet y en otros
países con gobiernos que traicionaron las esperanzas de los trabajadores y los
pobres.
En todos los países de los gobiernos alternativos,
los males del sistema capitalista se mantuvieron y profundizaron. Crisis de la
educación, seguridad social, salud, vivienda, empleo, miseria, etc. En estos
países la izquierda mayoritariamente fue cooptada y participó en la aplicación
de los planes neoliberales. Su papel fue neutralizar y desviar las luchas hacia
las elecciones para garantizar que el neoliberalismo se aplicara con la menor
resistencia posible.
Mientras los gobiernos alternativos
avanzaban en planes contra los trabajadores, en Cuba los hermanos Castro
aceleraban la restauración capitalista con la presencia creciente de
multinacionales europeas. Estos dos protagonistas de la revolución de 1959,
desde hace décadas ya no llaman a impulsar la revolución, sino a colaborar con
los planes imperialistas para la región, como el desmonte de las guerrillas
colombianas.
Hay que recuperar la lucha
antiimperialista y enfrentar los planes de semicolonización de Obama unificando
la resistencia. Pero además, es necesario volver a impulsar la revolución
socialista y luchar por una Federación de Repúblicas Socialistas del
continente. Con el fracaso de los gobiernos “alternativos”, ya se confirmó que
no hay salida dentro del sistema capitalista.
La presencia de Obama en Cuba debe ser
rechazada por todos los revolucionarios del mundo pues es una afrenta al
heroico pueblo que protagonizó la única revolución socialista en nuestro
continente, la que fue durante muchos años un ejemplo para toda Latinoamérica y
los pueblos del mundo. Su fracaso, y la restauración acelerada del capitalismo
en la isla, terminará de destruir lo poco que queda de las conquistas sociales
de la revolución.
Por todo lo anterior, los trabajadores y
pueblos latinoamericanos debemos rechazar la presencia del imperialismo en
Cuba, la restauración capitalista liderada por los hermanos Castro y la
posición de la izquierda latinoamericana que celebra estos acuerdos
contrarrevolucionarios.
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