22 DE SEPTIEMBRE DE 2015
REPORTAJE ESPECIAL / Tomado de PROCESO
MÉXICO, D.F. (Proceso).- La madrugada del pasado 28 de agosto, y a punto de enfrentar un juicio eclesiástico por sus presuntos actos de pederastia, el exnuncio en República Dominicana Josef Wesolowski fue encontrado muerto en su habitación del Vaticano. Estaba sentado en un sofá frente a la televisión encendida. Su muerte fue por “causas naturales”, anunció la Santa Sede en un escueto boletín.
Uno de los principales objetivos mediáticos del Papa Francisco ha sido demostrar que su pontificado sí está combatiendo a los sacerdotes que han violado niños. Pero la realidad lo desmiente: ayudó a que un nuncio –cargo equivalente a embajador– acusado de pederastia se fugara de República Dominicana cuando estaba a punto de ser aprehendido… Y el caso se tornó aún más oscuro: el diplomático apareció muerto en el Vaticano y la Iglesia le rindió homenaje. Organizaciones civiles denunciarán este y otros casos durante la próxima visita de Jorge Bergoglio a Estados Unidos. El principal objetivo es simple: que la santa sede acepte las recomendaciones que la ONU le ha hecho al respecto.
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