miércoles, 30 de septiembre de 2015

No habrá Tercera Guerra Mundial

No habrá Tercera Guerra Mundial

Los halcones libérales y los neoconservadores no han logrado provocar el enfrentamiento con Rusia, conflicto para el cual se entrenaron en tiempos de la guerra fría. Prevaleció la voz de la razón. Mientras se negocia discretamente una salida para la crisis ucraniana, Rusia y China se disponen a convencer a Estados Unidos y sus aliados de que deben participar en una alianza global contra el terrorismo islámico. Después de 5 años de tensión, la «primavera árabe» –proyecto de conquista del poder por la Hermandad Musulmana y de proclamación de un califato– está fracasando. Se ha salvado la paz.

Según Hassan al-Banna, el mundo moderno y la decadencia occidental han venido corrompiendo el mundo musulmán desde la caída del califato otomano –en 1923. Para volver a la “Edad de Oro”, Hassan al-Banna creó una sociedad secreta: la Hermandad Musulmana, cuyo único objetivo es restaurar el califato mediante la yihad. En diciembre de 2010, con el apoyo de Qatar y de la CIA, la Hermandad Musulmana inicia la “primavera árabe” y trata de conquistar el poder en Túnez, Egipto y Siria. Después manipular las multitudes durante un año, la Hermandad Musulmana acaba siendo derrotada en todas partes. Algunos de sus representantes deciden entonces jugarse el todo por el todo y proclaman el califato en Siria e Irak.
Durante el primer semestre de 2012, Estados Unidos y Rusia pudieron comprobar el fracaso del proyecto de toma del poder por la Hermandad Musulmana –la «primavera árabe»– y concibieron una nueva distribución del «Medio Oriente ampliado», distribución que empezaron a concretar con la conferencia de Ginebra. Pero el presidente estadounidense Obama fue incapaz de concretar lo que había prometido. Una semana después de la conferencia de Ginebra, el presidente francés Francois Hollande llamaba a los «Amigos de Siria» a reiniciar la guerra. Posteriormente, Kofi Annan dimitía ruidosamente de sus funciones como mediador mientras que Francia, Qatar, Jordania e Israel desataban la operación «Volcán de Damasco» y asesinaban en un atentado a los jefes del Consejo Nacional de Seguridad sirio.
La política de Obama –consistente en evitar enfrentamientos con Rusia y en trasladar las tropas estadounidenses hacia el Extremo Oriente– se vio brutalmente reducida a polvo por la «revolución de color» orquestada en Ucrania, en noviembre de 2013. Esta operación, punto culminante del proceso de destrucción de Ucrania y de aislamiento de Rusia iniciado desde la disolución misma de la URSS, había sido iniciada a espaldas de la Casa Blanca. Normalmente, Estados Unidos prepara sus operaciones secretas durante años y las inicia sólo en el momento en que le parecen políticamente oportunas. Pero esta vez alguien dio la orden de inicio sin avisar al Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos. El resultado fue una crisis sin precedentes: la proclamación de independencia de Crimea –que se negaba a aceptar el golpe de Estado de Kiev–, la posterior reincorporación de Crimea a la Federación Rusa, la rebelión de Donbass y de Lugansk, las sanciones occidentales contra Moscú y las contrasanciones rusas en respuesta a los países occidentales. Todo lo anterior se tradujo en la interrupción de todas las relaciones entre el oeste y el este.
El problema es que, durante los 3 últimos años, Siria ha sido víctima de una gran destrucción y ha perdido más de 200 000 vidas, la Hermandad Musulmana ha proclamado el califato por cuya instauración había emprendido la yihad y su ambición amenaza ahora toda la región.
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Fuente : «No habrá Tercera Guerra Mundial », por Thierry Meyssan, Red Voltaire , 29 de septiembre de 2015,www.voltairenet.org/article188869.html

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