Es precisamente por ello que el gobierno de Enrique Peña Nieto quiere acabar de una vez por todas con la autonomía y la independencia de la UNAM. Si la comunidad universitaria permite que el candidato enviado por la Presidencia de la República, Sergio Alcocer, llegue a ser el próximo rector, ello marcará el principio del fin de la integridad de una de las únicas instituciones públicas hoy todavía al servicio de la patria.
Alcocer fungió como subsecretario de Planeación Energética y Desarrollo Tecnológico de la Secretaría de Energía durante el sexenio de Felipe Calderón. Desde ahí trabajó con José Antonio Meade para preparar la ruta para la privatización energética consumada el año pasado. Después de llegar a Los Pinos, Peña premió a Alcocer con el nombramiento de subsecretario para América del Norte en la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Desde entonces, Alcocer ha sido el principal arquitecto del vergonzoso y criminal entreguismo del actual gobierno a los intereses de Washington en las materias de seguridad pública, migración, energética, comercial, espionaje y represión a los movimientos sociales.
Por mi raza hablará el espíritu, reza el lema de la máxima casa de estudios. El logotipo de la universidad incluye un mapa de toda América Latina, con México a la cabeza.
Por mi raza hablará el espíritu, reza el lema de la máxima casa de estudios. El logotipo de la universidad incluye un mapa de toda América Latina, con México a la cabeza.
Y no solamente el emblema de la UNAM, sino también la gran trayectoria y el trabajo actual de la universidad defienden férreamente la dignidad y el valor universales de los pueblos mexicanos y latinoamericanos.
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