Cuando la minera Media Luna anunció en 2013 el inicio de sus trabajos de exploración cerca de su pueblo, Nuevo Balsas, Quintín Salgado Salgado regresó a su tierra porque creyó que era la oportunidad para lograr el desarrollo en su región. Nunca pensó que venía a enfrentar su destino, contó uno de sus compañeros del movimiento: “se topó con la cerrazón y con la insensibilidad de una empresa rapaz y voraz”.
El activista asesinado la mañana del miércoles en Nuevo Balsas, Cocula,
Quintín Salgado Salgado no era un activista cualquiera entre los
paristas de la minera Media Luna. Era el pilar del movimiento que
comenzó el 3 de noviembre pasado, coincidieron algunos de sus compañeros
consultados por teléfono este jueves.
Antes de entrar como trabajador de la minera Media Luna fue
migrante en Estados Unidos, donde además de que aprendió a la perfección
el inglés, se formó como líder obrero y acendró la virtud de la
solidaridad.
Cuando la minera Media Luna anunció en 2013 el inicio de sus
trabajos de exploración cerca de su pueblo, Nuevo Balsas, Quintín
regresó a su tierra porque creyó que era la oportunidad para lograr el
desarrollo en su región. Nunca pensó que venía a enfrentar su destino,
contó uno de sus compañeros del movimiento, “se topó con la cerrazón y
con la insensibilidad de una empresa rapaz y voraz”.
Quintín fue contratado como obrero por Media Luna desde los
trabajos de exploración, pero en 2016, cuatro meses después de que la
minera inició los trabajos de explotación, se sumó a las protestas de
los pobladores de Nuevo Balsas que exigieron un estudio de impacto
ambiental para conocer los niveles de contaminación, así como una
indemnización, sobre todo a los pescadores que vieron disminuidos sus
ingresos. Por su activismo en el movimiento fue despedido.
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