A principios de abril 2017, Chihuahua, Chihuahua.
EDITORIAL:
LO QUE OTROS CALLAN
ECONOMÍA SUBTERRÁNEA
El fenómeno de la economía negra, informal, subterránea, irregular,
oculta, paralela ó como quiera llamarse, cobra relevancia en Chihuahua y el
País, ya que más del 63% de la población económicamente activa (PEA), se
desempeña en el sector informal.
El concepto es tan genérico, que cubre realidades diferentes. Lo
distintivo de la “Economía Subterránea”, reside en que agrupa formas de
intercambio mercantiles ó no, legales ó ilegales ó formas de distribución que
no dan lugar a ingresos para el Estado.
La relación con el Estado, es el criterio decisivo. La economía
subterránea, engloba actividades ilegales en el sentido tradicional, como
tráfico de drogas, evasión (desde el punto de vista fiscal), fuentes de ingreso
no declaradas ajenas al ordenamiento económico del Estado, como el trabajo
doméstico, agricultura de autoconsumo, etc.
Muchos empresarios chihuahuenses, evaden prestaciones sociales exigidas
por Ley, incurriendo en las irregularidades de la economía informal.
Persiguen a los ambulantes, pero practican la economía negra al hacer
contrataciones “outsourcing” como
artificio para evitar lo exigido por la Ley.
El crecimiento de la economía paralela, es positiva en la medida que
refleja la capacidad de la iniciativa privada para superar obstáculos legales y
así obtener beneficios, pero es negativa, porque distorsiona las estadísticas
oficiales sobre crecimiento, inflación, desempleo y dificulta la implementación
de una política económica adecuada. Nace por los excesivos requisitos y
burocracia, así como por la incredulidad hacia el Gobierno y el
intervencionismo desmedido del mismo.
La solución consiste en reducir sensiblemente la presión fiscal, dejar
trabajar, y facilitar los caminos para que la economía subterránea, se
legalice. La “economía informal”, crece
por los bajísimos salarios sin beneficios sociales que ofrecen los empresarios
en sus economías formales de hambre, añadida con una explotación excesiva, de
horas de trabajo y sin condiciones higiénicas y de seguridad. Lo que hace poco
se llamó “segunda economía” (hoy 1ª.), comprende la simple corrupción y hasta
los pequeños talleres que fabrican mercancías escasas ó inexistentes en los
mercados regulados, también servicios de medio tiempo, reparaciones sin
facturación ó hasta el fenómeno tan extendido como el alquiler de viviendas sin
recibos de pago.
La sobre explotación de los jóvenes y estudiantes en Chihuahua, a
través de los medios tiempos, sin las prestaciones debidas y con pagos por
honorarios no reportados al fisco, significan una repugnante economía negra,
además de que es visto por auténticos sindicatos, como un instrumento
empresarial para romper su fuerza. No es
tanto que la crisis propicie la economía informal, sino que esta hace que se
preocupe ó voltee hacia ella. Situarse
fuera del control del Estado otorga flexibilidad al trabajo y mayores
ingresos.
Los factores que dan origen a la economía oculta, son los excesivos
impuestos y las restricciones, así como la persecución y terrorismo fiscal. Los
excesivos impuestos y los gastos en prestaciones sociales obligan a trabajar en
una economía informal. La economía
subterránea sirve de válvula de escape a situaciones conflictivas y de crisis.
Cuando hay desempleo, la economía informal alivia la tensión. Cuando hay carestía, los ingresos “extras” no
solo mantienen el nivel de vida sino que fortalecen las actividades económicas. Cuando el Estado ahoga a los trabajadores, la
vuelta a lo artesanal ayuda a colocarse fuera de la órbita estatal. La creación de pequeñas unidades de
producción y familiares, pueden eludir con facilidad las normas fiscales y
laborales.
La “subcontratación” y “subarriendo” de servicios (outsourcing) se
enmascara el paso de una economía oficial, hacia una oculta. La economía “sumergida” no se registra
estadísticamente y evaden impuestos. La
ineficacia de los servicios prestados por el Gobierno, propicia economías
ocultas en sectores como Correos, Educación, Salud, etc. Así, la ineficacia oficial en Chihuahua, ha generado el florecimiento
de multitud de negocios privados dedicados a la entrega y recolección de
correspondencia, cuya situación legal es dudosa ó inexistente. Y así están una
generalidad de escuelas privadas “patito”, que nacen de la incapacidad de las
Escuelas Públicas, por atender la demanda, ya sea por falta de presupuesto ó
por carecer de nuevas carreras u oficios.
Hay hospitales y clínicas por el mismo estilo. ¿Cómo medimos la economía
informal? La cuantificación es difícil, dado que no hay parámetros precisos.
Pero, se aproxima mucho a la diferencia entre una economía estimada cuando no
existía la informalidad y proyectada al crecimiento futuro y luego se le resta
la economía real registrada.
También se utilizan métodos de muestreo, encuesta, e investigación con
los declarantes.
La economía subterránea, desvirtúa las estadísticas sobre el empleo, en
la medida que se consideran desempleados a persona que en realidad están
ocupadas en trabajos que no declaran impuestos. Así, la inflación puede ser
errónea, ya que solo recoge variaciones de precios de la economía oficial ó
formal y por tanto, la economía subterránea conoce una tasa de inflación menor,
a la que sufre el resto de la sociedad.
La preocupación del Gobierno, y de los empresarios debería ser la
evaluación de la importancia de la economía informal y no tratar de erradicarla
de manera directa. En una situación de
recesión, como la que vivimos no se debe permitir acabar con la economía
informal, por medio de la persecución y represión ya que eso supone una
reducción en su capacidad económica que redundaría en un aumento real del
desempleo y la desaparición de importantes fuentes de beneficio. La solución no radica en destruir la economía
oculta, sino en dar facilidades para “legalizarla”, reglamentarla, en sacarla a
la luz.
Una forma sería, la “amnistía fiscal”, que permitiría a personas y
empresas, tener un respiro y regularizar su situación fiscal a partir de una
fecha determinada y con pequeñísimos pagos fijos. Cualquier ocultamiento ó fraude cometido,
quedaría amnistiado a partir de la fecha pactada. Obviamente esto requiere de una reforma al
sistema impositivo haciéndolo sencillo y ágil. Si este, no se modifica no se
verá ninguna razón poderosa, para quienes hasta entonces hayan evadido sus
responsabilidades fiscales, y puedan dejar de hacerlo. En conclusión, primero se deben fortalecer
los ingresos familiares, impulsando la producción, con una drástica disminución
de impuestos, dando un respiro y después se puede proceder a incrementarlos
progresivamente, cuidando que no se pierdan las conquistas logradas.
Esto modificará el papel económico del Estado.
A t e n t a m e n t e:
César Augusto Gutiérrez Fierro
E Mail: augu_gtz@hotmail.com.
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