lunes, 18 de enero de 2021

Pancho Villa Secretario de Educación

Tomado de: El Diario de Chihuahua

Decía el General Francisco Villa que “Antes prefiero pagarle a un maestro que a un militar”. Villa exigió al gobierno maestros normalistas y sin duda su mayor orgullo fue el plantel “Felipe Ángeles”. Igualito que Francisco Barrio y su correligionario de partido, Javier Corral. La bena relación del General revolucionario con los maestros es más que conocida.

El 4 de octubre de 1992, por primera vez en la historia del estado mexicano de Chihuahua, un político proveniente de las filas del conservador Partido Acción Nacional (PAN) tomó posesión como gobernador. 

En Chihuahua el gobierno encabezado por Francisco Javier Barrio Terrazas encontró un componente especialmente desafiante en el sector educativo; la reyerta fue feroz y fue por las mismas razones que hoy esgrime Javier Corral, la falta de dinero, un gobierno sin chequera. Para conseguir los preciados recursos Barrio decidió despedir maestros y retrasarles su pago a los docentes. Hasta el día de hoy no hay un conteo claro de la cantidad de maestros despedidos por Francisco Barrio; el gobierno estatal sólo reconoció el despido de 69 inspectores, mismos que fueron sustituidos por personas afines al partido en el poder. Para poner más inquisitorial el ambiente el gobierno estatal instó a la población a través de una campaña en los medios a que de manera anónima se denunciaran irregularidades en el funcionamiento de las escuelas. En marzo (apenas a tres meses de iniciar esta campaña) el gobernador afirmaba orgulloso que por esa vía se habían recogido ya decenas de quejas y señalamientos de la ciudadanía, y que la autoridad estaba actuando en contra de los señalados como culpables.

En el acto de toma de posesión Barrio se comprometió a poner en marcha un plan de calidad total hacia el interior del gobierno, con un gran énfasis en la capacitación permanente, en los equipos de trabajo, en la evaluación y certificación, en los procesos de mejora continua y en la creatividad. Fue cuando el gobierno local gastó sumas insultantes de dinero en contratar cursos de superación personal y programación neurolingüística, donde los expositores ponían a la burocracia que trabaja en la línea de fuego, literalmente, a bailar aquello de “a ver, a ver a mover la colita” y les decían que tenían que ser uno por ciento mejor cada día, aunque su sueldo no fuera uno por ciento mejor cada día. 

Barrio prometió que su gobierno emprendería acciones para la “recuperación y fortalecimiento de nuestros valores tradicionales en el sector educativo”. Esta intención de “recuperación y fortalecimiento” se expresaría muy pronto en un divorcio con las dirigencias sindicales. Para los docentes frente a grupo, aquellos alejados de la batalla por el control que se libraba en las oficinas sindicales y oficiales, la incertidumbre era una realidad cotidiana. Este sentimiento de inseguridad se debía en parte a que por entonces en las escuelas circulaban numerosos rumores con respecto a la posibilidad de despidos masivos y de reasignaciones. 

En 1993 se anunció el cierre definitivo de la Escuela Superior de Agricultura “Hermanos Escobar” (ESAHE), luego en ese mismo año se anunció que se llevaría a cabo un proceso de limpieza y saneamiento de la nómina de los trabajadores de la educación. El 15 de mayo, día del maestro, el ya para entonces denominado en los medios “conflicto magisterial” alcanzó uno de su momento de mayor tensión. El gobierno del estado decidió no emitir los cheques para el pago de escalafones horizontales. De manera simultánea el sindicato comenzó a convocar a reuniones; el gobierno no alcanzaba a entender que enfrentarse a un sindicato es enfrentar a miles de trabajadores, en este caso maestros.

Digno discípulo suyo Javier Corral esta semana afirmó el cierre de tres preparatorias estatales y el despido de 171 maestros, si Barrio pudo cerrar la Escuela de Agricultura “Hermanos Escobar” con el uso de una tanqueta y toda la cosa, que le duran a Corral tres preparatorias y tanto los alumnos como los 171 maestros, que se vayan de obreros a la maquila. Si ya detuvo el pago del aguinaldo de los pensionados estatales, si ya negó las prestaciones económicas de los maestros del COBACH y cerró con una marcha de los empleados universitarios ¿Qué tanto es tantito? Todo sea para pagar a sus leales colaboradores, recordemos que la Presidenta Ejecutiva del IEE en Chihuahua gana más que el Presidente Andrés Manuel López Obrador; y de algún lugar tiene que salir ese dinero. Va quedando claro que cuando los panistas hablan de austeridad y eficiencia en la aplicación del recurso, se refieren a la casa del vecino y no a sí mismos. Aunque tal vez los ocho millones de la rueda de la fortuna del cerrado y desafortunado parque del DIF, podrían mitigar los problemas económicos de la educación en el estado.

Un gobierno se enaltece y perpetúa en el poder en la medida que los gobernados ven que la obra pública satisface sus necesidades, la gente quiere transporte público, seguridad laboral, hospitales, guarderías y escuelas cercanas. Cuando un gobierno cierra escuelas como parte de su programa, está aceptando su fracaso para gobernar; los maestros de las escuelas estatales han trabajado cerca de un año sin salario, quizá las autoridades educativas apostaban a que los mentores claudicaran, pero se portaron como maestros de pieza entera y no renunciaron, que remedio queda si no cerrar las escuelas y despedir a los docentes.

Hasta el 2010 Chihuahua tenía poco más de 500,000 adolescentes, según datos del INEGI, para el 2028 se estima un pico en este grupo de edad, y una disminución de infantes. De hecho, cualquiera puede ver que las escuelas primarias y algunas secundarias, que antes tenían dos turnos, ahora sólo cuentan con el turno matutino, mientras que la educación media superior pública y privada está a reventar con grupos que exceden los 50 alumnos, y esperamos más adolescentes durante la presente década, hasta alcanzar un pico poblacional y luego un descenso paulatino. Cualquiera puede verlo, pero el gobernador no es cualquiera. 

Dios nos libre de más educación al estilo del PAN, porque entonces la educación pública laica, gratuita, obligatoria, científica e incluyente, se verá reducida al catecismo, al cabo que para ser vasallos con eso basta. Extraño las políticas educativas de mi General Francisco Villa.

 


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