Por: Luis Iván
Tarín Alcalá
A la primera persona que
le escuche la frase “Sicario y Policía la
misma porquería”, fue a Luis K. Fong (†), entre el 2010 y 2011, haciendo
hincapié en el contexto de las Kaminatas vs La Muerte, como medida de
resistencia y protesta ante la degradación social derivada de la conocida
Guerra vs Narco que impuso Felipe Calderón (2006-2012), de tal suerte, que es menester
personal, traerle al recuerdo en nuestros días de acumulación balística,
feminicida y de sicariato desbocado.
Cuando se imaginó que
aquellos días de esplendor violento no tendrían ni repetición, mucho menos
algún aumento tumultuario, creíamos que ya nada podría horrorizar a la
indignada sociedad chihuahuita, nos venimos a dar cuenta, que por el contario, la
política gubernamental de masacres, descubrimientos comunes de fosas llenas de
cuerpos y personas asesinadas, y por supuesto, el atroz aumento feminicida, en
nuestros días ya no solo se trata de idiosincrasia estatal y/o local, sino que
se nos presenta como una política nacional.
Continuamos viendo que
los cárteles de la droga crecen, se fortalecen y hasta nuevas alianzas
presentan, mientras tanto, los cuerpos policiacos, en sus tres niveles de
gobierno, e incluso el propio Ejército Mexicano, están implicados con el
llamado Crimen Organizado, del mismo modo observamos, que el consumo y su
principal venta tanto en México como en los E.E. U.U., se prolonga y sigue dando
grandes dividendos económicos y políticos, proporcionando fuerza a la idea de
que se trata de una política binacional, al mero estilo hollywoodense.
En el Chihuahua del
“Nuevo Amanecer” de tonalidades albicelestes, muy similar a lo acontecido en
materia de seguridad que en los pasados gobiernos rojinegros del PRI, quienes
principalmente han derramado su sangre, han sido las mujeres, básicamente
pobres, trabajadoras de la maquila, pero ya no solo ellas, sino niños,
adolescentes, estudiantes, adultos mayores, casi al grado de llegar a decir,
que cualquier persona está expuesta a morir asesinada, todo justificado y
explicado bajo la supuesta guerra vs el narco, delincuencia organizada y/o
disputas por el trasiego y venta de las drogas.
Es importante insistir
que ya no solo el estado de Chihuahua padece una severa crisis en materia de
Derechos Humanos, sino todo México se encuentra sumido en lo que los propios
organismos internacionales encargados de velar por los mismo, así lo han
declarado y sostenido.
Uno de los casos más
emblemáticos en el contexto y antecedentes de la Guerra vs Narco de Felipe
Calderón, resultaron los llamados “Zetas”; baste recordar su origen y final,
principalmente, un grupo de Elite Militar, entrenado a nivel internacional, por
la Escuela de las Américas, decide cambiar de bando y genera uno de los grupos
delictivos más importantes a la fecha.
La degradación violenta y
casi por completo ausencia de respeto a los derechos humanos, que vivimos con
las actuales autoridades, municipales y estatales, de Maru Campos y Javier
Corral respectivamente, bien cuadra en lo que Luis K. Fong explicaba desde sus Dos Violencias y el trabajo político en
las Kaminatas vs la Muerte, se concluía que la violencia no la sufren todos por
igual; todos la padecemos de algún modo u otro, en distinta graduación:
“En una palabra, en Chihuahua no hay una, sino dos violencias: la que
afecta a los de arriba y la que nos está acabando a nosotros, las y los de
abajo; la inmensa mayoría de las víctimas fatales de todo esto han sido jóvenes
pobres, desocupados y frecuentemente adictos o malandrines; sospechosos de
haber cometido algún delito”.
Una de las principales
premisas, en contra de las versiones comunes y oficialistas, es que gran parte
de la violencia que padecemos obedecen a crímenes de odio bajo Escuadrones de
la Muerte, también conocido como Razia y/o “Limpieza Social”.
En nuestra opinión, todo
comenzó, desde los días de las administraciones de Francisco Barrio (PAN) y Patricio
Martínez (PRI), dentro del esquema de “Profesionalizar” a las Policías, continuando
con programas del tipo “Operativo Escoba”.
Quedando claro que las
actuales administraciones, municipal y estatal, de nuestro violento Chihuahua,
como decía el mismo Luis K. Fong, “tienen
la misma mentalidad que los justicieros anónimos: puede matarse sin
consecuencias, pero no escandalizar, porque eso sería un escándalo”.
Referencias:
https://regeneracionradio.org/index.php/represion/abuso/item/4246-poblaciones-callejeras-discriminacion-y-limpieza-social
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