jueves, 21 de abril de 2016

Escuadrones de la Muerte

Chihuahua, Chihuahua
Abril 2015
Escuadrones de la Muerte
Por: Ala Sur
 
Antes del 2010, los Escuadrones de la Muerte, estuvieron siendo denunciados por las y los compañeros de la Liga Socialista Revolucionaria (LSR), en ciudad Juárez. En particular desde las letras de Gero Fong y Julián Contreras, quienes denunciaron la existencia de éstos grupos como parte de la estrategia del Estado y grupos empresariales para infundir terror y miedo en la población.

El periodo de violencia que se vivió a raíz de la militarización con Felipe Calderón, y en particular su arranque en ciudad Juárez, cumplió un papel piloto de un plan más grande. La etapa que se vive en nuestros días a nivel nacional resulta como producto de este plan de contención social radicalizado en 2006.  

(…) ¡Esto es terrorismo de Estado!, la gran mentira que le están vendiendo a México y al mundo es que aquí hay una guerra contra narcos, aquí no hay ninguna guerra contra el narco, aquí hay una limpieza social, con el pretexto del narco están exterminando a los estratos bajos de la población. ¡Esto es extremadamente grave! La población debe saber que aquí hay escuadrones paramilitares, que esto sólo tiene parangón con lo que hacían en El Salvador, en Guatemala, con estos grupos de la muerte, escuadrones, con los Kaibiles que fueron entrenados en la Escuela de las Américas.[i]
El portal electrónico Revolución Tres Punto Cero, publicó desde marzo 2015, la existencia de dichos grupos. Basado en comentarios de la abogada Rosario Cáceres, Víctor Monreal y Carlos Fazio se sostiene la existencia de los Escuadrones de la Muerte.        

(…) están divididos en 4 grupos, los privados (que otorgan seguridad a quien los contrate); paralelos (tienen mayor relación con narcotraficantes y se dedican a la extorción y secuestro); insurgentes (las autodefensas) y Oficiales (los que provienen desde los núcleos de las fuerzas armadas, puntualmente ejército y marina). Son contratados y pagados por el Estado, quienes cometen crímenes como los de Tlatlaya e Iguala (…), están conformados por agentes, principalmente de la Marina y el Ejército, creados y adiestrados para exterminar (…). La abogada Rosario Cáceres afirma que siempre han existido, ya sea para delinquir o proteger al gobierno ante posibles levantamientos; Felipe Calderón y puntualmente el de Peña Nieto, han provocado una cacería brutal de inocentes.[1]
Previo y durante el 2010 desde chihuahua capital se hizo lo propio bajo la batuta de Luis K. Fong (†), desde la Triple Alianza entre la LSR (Chih), la Gota y el colectivo Doble Resistencia, retomando la idea central pero con el nombre de Kaminatas vs la Muerte[ii]. A través de ellas se explicó la interpretación de las Dos Violencias, desde donde se denunció que todo era parte de una estrategia del Estado Mexicano a nombre de la Guerra vs el Narco, cuyo fin era una especie de Razia.
Según informes de organismos internacionales, (ONU[iii]), en particular el emitido por parte de Zeid Ra'ad Al Hussein, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), quien visitó nuestro país el pasado 7 de octubre 2015. Dejó claro que el panorama en México es caótico y se vive dentro de una severa crisis humanitaria. Mientras el gobierno trata de mantener una imagen que no corresponde con la realidad, instituciones internacionales como Amnistía y Human Right Watch (HRW), plantean una escenario más grave, incluso ‘terrorífico’ con respecto a los derechos humanos debido a que el gobierno no tiene ninguna respuesta coherente a la situación y por el contrario, pareciera ser permisivo con los llamados escuadrones de la muerte.
Carlos Fazio enfatiza el Estado decide quién es el ‘enemigo interno’, y al ser declarado como tal un individuo es colocado ‘fuera de la ley’, esto bajo el disfraz de la contención de estados delincuentes. Todo esto forma parte de una guerra de ocupación integral, basada en la intervención estadunidense, como parte de la dominación de espectro completo, proyecto diseñado por el Pentágono antes del 11 de septiembre de 2001, donde lo militar, lo económico, lo mediático y lo cultural tienen objetivos comunes y para alcanzarlos se debe controlar o eliminar a los grupos contestatarios, con ese objetivo nace los escuadrones de la muerte (…), una estrategia del gobierno mexicano[iv].  
Es entonces que las consignas de ¡Chihuahua no es cuartel fuera Ejército de él! ¡Juárez no es cuartel fuera Ejército de él!..., continúan con vigencia. Mientras militares y policías tengan tomado, a lo largo y ancho de nuestro país, ninguna lucha tendrá camino prospero.

Entre tanto el Ejército siga en las calles, la Defensa por los Territorios y Recursos Naturales topara con sicarios, militares y policías del lado del capital privado. El combate a los Feminicidios, Juvenicidios y defensa de los Derechos Humanos se verán limitados por el miedo y la impunidad, así como el hecho de que las ejecuciones, seguirán a la orden del día. La defensa del campo y luchas campesinas, lo mismo que las obreras tendrán como respuesta gubernamental la represión y cárcel por su disidencia.

Existe una trinchera que no debemos olvidar, y ésta, resulta la calle, el espacio público callejero. Los militares deberán regresar a sus cuarteles así como las policías deberán ser limitadas por el espacio cívico y político. De lo contrario, el fantasma de las policías comunitarias e insurgencia popular se mantendrán en vigencia.                     
 

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