Tomado de:
El Diario de ChihuahuaDecía el General Francisco Villa que “Antes prefiero pagarle a un
maestro que a un militar”. Villa exigió al gobierno maestros normalistas
y sin duda su mayor orgullo fue el plantel “Felipe Ángeles”. Igualito
que Francisco Barrio y su correligionario de partido, Javier Corral. La
bena relación del General revolucionario con los maestros es más que
conocida.
El 4 de octubre de
1992, por primera vez en la historia del estado mexicano de Chihuahua,
un político proveniente de las filas del conservador Partido Acción
Nacional (PAN) tomó posesión como gobernador.
En Chihuahua el
gobierno encabezado por Francisco Javier Barrio Terrazas encontró un
componente especialmente desafiante en el sector educativo; la reyerta
fue feroz y fue por las mismas razones que hoy esgrime Javier Corral, la
falta de dinero, un gobierno sin chequera. Para conseguir los preciados
recursos Barrio decidió despedir maestros y retrasarles su pago a los
docentes. Hasta el día de hoy no hay un conteo claro de la cantidad de
maestros despedidos por Francisco Barrio; el gobierno estatal sólo
reconoció el despido de 69 inspectores, mismos que fueron sustituidos
por personas afines al partido en el poder. Para poner más inquisitorial
el ambiente el gobierno estatal instó a la población a través de una
campaña en los medios a que de manera anónima se denunciaran
irregularidades en el funcionamiento de las escuelas. En marzo (apenas a
tres meses de iniciar esta campaña) el gobernador afirmaba orgulloso
que por esa vía se habían recogido ya decenas de quejas y señalamientos
de la ciudadanía, y que la autoridad estaba actuando en contra de los
señalados como culpables.
En el acto de toma
de posesión Barrio se comprometió a poner en marcha un plan de calidad
total hacia el interior del gobierno, con un gran énfasis en la
capacitación permanente, en los equipos de trabajo, en la evaluación y
certificación, en los procesos de mejora continua y en la creatividad.
Fue cuando el gobierno local gastó sumas insultantes de dinero en
contratar cursos de superación personal y programación neurolingüística,
donde los expositores ponían a la burocracia que trabaja en la línea de
fuego, literalmente, a bailar aquello de “a ver, a ver a mover la
colita” y les decían que tenían que ser uno por ciento mejor cada día,
aunque su sueldo no fuera uno por ciento mejor cada día.
Barrio prometió
que su gobierno emprendería acciones para la “recuperación y
fortalecimiento de nuestros valores tradicionales en el sector
educativo”. Esta intención de “recuperación y fortalecimiento” se
expresaría muy pronto en un divorcio con las dirigencias sindicales.
Para los docentes frente a grupo, aquellos alejados de la batalla por el
control que se libraba en las oficinas sindicales y oficiales, la
incertidumbre era una realidad cotidiana. Este sentimiento de
inseguridad se debía en parte a que por entonces en las escuelas
circulaban numerosos rumores con respecto a la posibilidad de despidos
masivos y de reasignaciones.
En 1993 se anunció
el cierre definitivo de la Escuela Superior de Agricultura “Hermanos
Escobar” (ESAHE), luego en ese mismo año se anunció que se llevaría a
cabo un proceso de limpieza y saneamiento de la nómina de los
trabajadores de la educación. El 15 de mayo, día del maestro, el ya para
entonces denominado en los medios “conflicto magisterial” alcanzó uno
de su momento de mayor tensión. El gobierno del estado decidió no emitir
los cheques para el pago de escalafones horizontales. De manera
simultánea el sindicato comenzó a convocar a reuniones; el gobierno no
alcanzaba a entender que enfrentarse a un sindicato es enfrentar a miles
de trabajadores, en este caso maestros.
Digno discípulo
suyo Javier Corral esta semana afirmó el cierre de tres preparatorias
estatales y el despido de 171 maestros, si Barrio pudo cerrar la Escuela
de Agricultura “Hermanos Escobar” con el uso de una tanqueta y toda la
cosa, que le duran a Corral tres preparatorias y tanto los alumnos como
los 171 maestros, que se vayan de obreros a la maquila. Si ya detuvo el
pago del aguinaldo de los pensionados estatales, si ya negó las
prestaciones económicas de los maestros del COBACH y cerró con una
marcha de los empleados universitarios ¿Qué tanto es tantito? Todo sea
para pagar a sus leales colaboradores, recordemos que la Presidenta
Ejecutiva del IEE en Chihuahua gana más que el Presidente Andrés Manuel
López Obrador; y de algún lugar tiene que salir ese dinero. Va quedando
claro que cuando los panistas hablan de austeridad y eficiencia en la
aplicación del recurso, se refieren a la casa del vecino y no a sí
mismos. Aunque tal vez los ocho millones de la rueda de la fortuna del
cerrado y desafortunado parque del DIF, podrían mitigar los problemas
económicos de la educación en el estado.
Un gobierno se
enaltece y perpetúa en el poder en la medida que los gobernados ven que
la obra pública satisface sus necesidades, la gente quiere transporte
público, seguridad laboral, hospitales, guarderías y escuelas cercanas.
Cuando un gobierno cierra escuelas como parte de su programa, está
aceptando su fracaso para gobernar; los maestros de las escuelas
estatales han trabajado cerca de un año sin salario, quizá las
autoridades educativas apostaban a que los mentores claudicaran, pero se
portaron como maestros de pieza entera y no renunciaron, que remedio
queda si no cerrar las escuelas y despedir a los docentes.
Hasta el 2010
Chihuahua tenía poco más de 500,000 adolescentes, según datos del INEGI,
para el 2028 se estima un pico en este grupo de edad, y una disminución
de infantes. De hecho, cualquiera puede ver que las escuelas primarias y
algunas secundarias, que antes tenían dos turnos, ahora sólo cuentan
con el turno matutino, mientras que la educación media superior pública y
privada está a reventar con grupos que exceden los 50 alumnos, y
esperamos más adolescentes durante la presente década, hasta alcanzar un
pico poblacional y luego un descenso paulatino. Cualquiera puede verlo,
pero el gobernador no es cualquiera.
Dios nos libre de
más educación al estilo del PAN, porque entonces la educación pública
laica, gratuita, obligatoria, científica e incluyente, se verá reducida
al catecismo, al cabo que para ser vasallos con eso basta. Extraño las
políticas educativas de mi General Francisco Villa.