Desde
la Capital.
(26-06-2016).
¡¡
ARDE CHIHUAHUA !!
Por: Julio Morales Quiñones.
“El viernes 17, en el salón parroquial de Creel, con lugareños;
universitarios; asociaciones civiles con trabajo regional; sacerdotes y
religiosas, en rueda de prensa, la Diócesis de tarahumara dio seguimiento a su anterior.
mensaje de amplio contenido con el que la comisión de pastoral diocesana
intenta concientizar de la situación que vive la región y cambios necesarios.
Se enteró a los ejecutivos nacional y estatal, sociedad civil, medios de
comunicación, de los magros logros para que las autoridades actúen sin presión
y detengan la devastación del bosque. Desde antes constatamos, los incendios
que la organizada delincuencia de múltiple estructura, provoca, en represalia a
esta exigencia”.
“Dios llama a cuidar la casa común.
Asumamos esta misión; levantemos la voz para que conozcan y apoyen nuestras
intenciones”. La sequía es la mayor afectación por la tala del bosque. En 1974 nos
llovía de 8 a 9 meses; hoy el ciclo se limita a 8 o 9 semanas. Provoca
migración indígena, de ranchos a pueblos y de pueblos a ciudades; esto y la
invasión, las sufren en silencio; huyen o se repliegan, pero ya no tienen más espacio.
Al prohibirles cortar leña para uso doméstico afectan claramente su relación
con Dios y la Naturaleza; en cambio, el Banco Mundial reporta que unidades del
manejo forestal, sobrevaloran la masa verde para legalizar guías y permisos de
extracción maderera.
En cuanto al beneficio económico; si
los mestizos reciben poco, los indígenas callados, expuestos al abuso, reciben
mucho menos. Triste saber que 60 años atrás, por Norogachi había pinos de un
metro de diámetro y las empresas extranjeras pagaban 1 peso x pino; hoy, en la
misma región, el diámetro por pino apenas llega a 10 cms, en un bosque sin reforestar
y frágil; y aun así, se pretende doblar la explotación forestal para cubrir la
demanda local. Ello afectará las cuencas hidrológicas de Sinaloa, Chihuahua,
Sonora, a su agricultura y ganadería. En base a estudios profundos debe limitarse
en vez de promover la tala; pero gobierno y vigilancia son testigos mudos en donde
se descaró el tráfico de madera. Se habla de más de 15 o 20 mil pinos derribados;
800 hectáreas dañadas, irrecuperables en 80 años. Se sabe de responsables en un
silencio cómplice. El miedo paraliza y abona a la impunidad.
Por las minas a tajo abierto, hay
irreparables daños y deterioro a la salud. El ganado muere por agua contaminada
de arroyos y ríos. La obsesión de proyectar al país con mano de obra barata y
explotación a bajo costo, se considera ideal para sustentar la economía, pero
ignoran consecuencias. Agotada la riqueza natural, las zonas explotadas se degradan;
se suma el impacto por deforestación. El bosque no solo son árboles; indígenas
y mestizos usan plantas para su salud y alimentación. Los animales tienen
relación invisible con los cultivos. La destrucción afecta a las plantas del
bosque y daña cultivos. No cualquier maíz o frijol crece en la sierra como
alimento suficiente. En este bosque natural, los tarahumaras desarrollaron
técnicas de manejo y convivencia sin dañarlo y nos enseñan que la actual
situación pone en riesgo además de la madera, la seguridad alimentaria de quienes
habitan la zona.
Arde Tarahumara por incendios que
los depredadores del bosque y extractores de mineral apoyados por caciques,
tala-amontes o la vigilancia de empresas intocables aliadas con delincuentes o
sectores oficiales, provocan. También arde la capital, porque los infiltrados en
la manifestación pacífica de organismos civiles y maestros indignados por
hechos en Oaxaca, capitalizaron el enojo popular para cometer actos vandálicos
en Palacio de Gobierno y se ensañaron con la escasa vigilancia en turno. Desde
ahí, cientos de efectivos policiales y vallas metálicas aíslan el palacio para
proteger dicen, la destrucción de evidencias de la múltiple corrupción, que 2
años atrás se denunció a la PGR. Además, las Ong´s señalan ingobernabilidad en
plena alternancia de poder, que pretende sembrar el caos; con elementos graves
de provocaciones en cadena patrocinadas desde el ejecutivo para endeudar más al
estado, paralizar el transporte sin gasolina e impugnar la elección democrática
donde la reacción popular rechazó al partido hegemónico. Piden que caiga el
régimen de impunidad; se ejerza acción penal contra los responsables y
cómplices de la corrupción política que, en perjuicio del pueblo de Chihuahua, creó
el Banco Unión Progreso. Hasta donde, la falta de lluvia y altas temperaturas irritan
nuestro ánimo y hasta donde son responsables de ello, los que encubren la tala
clandestina, y la legal, pero ilegitima.
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