Chihuahua, Chihuahua
1 Año Sin Ayotzinapa
Por: Tarikles
Ha pasado un año o el termino
completo de los 365 días sin los compañeros normalistas de la escuela Isidro
Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero. Ocurriendo el 26 de septiembre del 2014, y
cuya autoría recae en el estado mexicano. Deserciones y pifias han marcado al
actuar gubernamental.
Claves han sido las ausencias de parte de las autoridades
mexicanas, para ganarse el descredito de asesinos. Además, haberlo planeado y
diseñado, en seguida, orquestado y ejecutado, para finalmente, negarlo.
¡A 1 año queda más que confirmada
la participación del Ejército Mexicano, en el caso Ayotzinapa!
De lo contrario ¿Por qué negar tan tajantemente la entrada de
madres, padres y familiares de los “desaparecidos” a los cuarteles militares,
como lo han solicitado? Si el motivo
es tan simple, investigar, revisar y entrevistar acerca de lo sucedido la noche
del 26 de septiembre en Iguala, Guerrero.
Por otra parte, es vox populi que
han limitado e intentado bloquear el desempeño del Grupo Interdisciplinario de
Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH), para la profundización de las investigaciones. Y que a pesar de
ello, el informe[1] ha
salido a la luz pública, y confirmado que el estado mexicano es corresponsal
del crimen Ayotzinapa.
A la fecha existen activistas,
como Gero Fong y Julián Contreras, que desde ciudad Juárez vienen sosteniendo
la idea de un estado necro-narco político. Es decir, que administran la muerte
de su población.
En las guerras, como en las
broncas y peleas callejeras, golpear y lastimar al enemigo es el quehacer
inmediato. Según cuenta mi memoria acerca de los manuales revisados, se
encuentra hartamente documentado que en las trifulcas quienes pagan los platos
rotos no solamente se ubican entre los propios actores en disputa.
Además de la propia violencia del
conflicto, ya de por sí castrante en términos sociales y psicológicos, existen daños colaterales. Las y los más débiles
son quienes siempre terminan pagando los platos rotos ajenos.
Así, desde que Peña Nieto decidió
continuar la Guerra vs el Narco (Calderón 2006), y prolongar la militarización
del país, quienes han pagado la peor parte han seguido siendo las mujeres,
niñas, niños, jóvenes y adultos de las clases trabajadoras y más
desprotegidas.
Como prolongación, han surgido
las protestas y los reclamos sociales. Ante lo que, el estado mexicano,
autoridades y gobiernos, han decidido responder con el asesinato, la
desaparición y el pretendido olvido de quienes como los 43 Normalistas de
Ayotzinapa, ponen el dedo en la llaga en los reclamos de ¡Justicia y Verdad!,
en contra del estado capitalista mexicano.
¡Porque vivos se los llevaron!
¡Vivos los queremos!
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