“Se vale..., todo se vale”
Por: Luis Iván
Tarín Alcalá
En la capital de
Chihuahua ¡Claro! que se vale la protesta y manifestación pública. Se
vale…, todo se vale, siempre y cuando se apegue irrestrictamente a los
criterios básicos de lo políticamente correcto. A pesar de las mentiras
de Javier Corral y sus amiguis (otrora izquierdistas), es evidente que las
izquierdas en el estado existen. Han dejado en su existir un referente, un hacer
y un trayecto político ¡Cabe decir, que esto es necesariamente positivo, aunque
sea de difícil percepción!
A manera de recuerdo, las
demandas de justicia social, equidad de género y/o libertades democráticas
emanan de la triada Liberté,
Égalité, Fraternité, como resultado de los conflictos sociales y sus
consecuentes procesos revolucionarios, desde finales del siglo XVIII, aunque
hoy pretendan negar académicos cercanos a Corral, los conflictos sociales de la
actualidad devienen su origen del viejo esquema de poseedores y desposeídos.
En la actualidad el
concepto de Izquierda, continua,
siendo una clasificación sobre nuestras posiciones políticas, cuyo punto
central, oscila en la defensa de la igualdad y/o justicia social. En oposición
a las ideas del conservadurismo, autoritarismo y del poder apiñadas en las
derechas, se agrupan las izquierdas con nombres como democráticas-reformistas,
izquierdas revolucionarias y anarquismos, por mencionar las de mayor interés.
Claro que se vale
manifestarse, por supuesto que es correcto protestar, y a todas luces existe
oportunidad para hacerla de a pedos, claro, siempre y cuando, las ventiscas
salidas del esfínter no tengan olores fétidos, mucho menos putrefactos. Para el
gobernador panista, es respetado decir cosas, pero sin alzar la voz, es válido
increpar a, “autoridades y policías”,
siempre y cuando sea en los horarios y términos correctos colocando nuestras
quejas en el “Buzón de Sugerencias”.
Resta contrastar algunos
datos al respecto de los rasgos de la desigualdad social[1], tomando en cuenta, el
resultado de la división entre el ingreso promedio de la población en pobreza extrema frente al ingreso
promedio de la población no pobre. Lo
que resulte de lo anterior, permitirá conocer la brecha/diferencia entre los
ingresos de ricos y pobres[2]. Al menos, en lo que
respecta del tercer trimestre de 2016, al tercer
trimestre del 2017, en donde hubo un aumento de 14.4 %, lo que en otras
palabras, equivale a decir que, los ingresos laborales de las personas fueron
menores al valor de la canasta básica, es decir, disminuyó la capacidad de
compra (del ingreso laboral), en al
menos un 3.0 %[3].
Se vale…, todo se vale, incluso se vale que les
valga. Una pura y dos con sal.
Referencias:
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