Asamblea
Popular Comunitaria
Ing.
Fernando Flores Madrid [1]
Sin perder el ánimo ante
la posibilidad de una gran y verdadera Transformación Social en México, y en
caso particular, en el estado de Chihuahua, la misma tendría necesariamente que
venir de la reactivación productiva del campo en toda la República Mexicana, como
única y principal medida para lograr la Autosuficiencia Alimentaria del país.
Es verdad que los
problemas de los campesinos no se generaron recién la llegada de Andrés Manuel
López Obrador (AMLO) a la presidencia de México, mucho menos, 2 años atrás con
el ascenso panista de Javier Corral en la gubernatura estatal (2016), sus
pecados devienen de que, habiendo en primera instancia, tenido del conocimiento
del problema, y salvando toda y necesaria diferencia entre uno y otro personaje
político, y cada quien desde su ámbito de competencia y sus propias estructuras
partidistas, ambos se han atrevido a prometer que lo resolverían y/o que tomarían
medidas para resolverlo.
En el estado de
Chihuahua, los más de 2 años en el gobierno de Javier Corral han sido más que
suficientes para evidenciar, además de la incompetencia del mismo, no sólo en
el tema, sino en el caso generalizado de su administración, un completo
desatino que no solo no ha servido, ni ayudado a los productores,
organizaciones, como tampoco a las personas y sectores menos favorecidos, de entre
ellos, el campo.
Desde luego no es ocioso
rememorar los orígenes de los problemas del campo con la entrada del
Neoliberalismo en México que, si bien no son de ahora, nos siguen aquejando
hasta nuestros días, también es cierto que, ante la agudización de la
problemática, en la medida que no se han generado, ni desplegado políticas
públicas con verdadero sentido social y enfocadas a reactivar la producción del
campo mexicano.
¡Se ha tratado de una
acción que se ha convertido en una práctica, en una política de entrega de la
Patria al capital trasnacional!
El ejido, la propiedad
comunal y la pequeña propiedad pueden desplegar formas organizativas que
posibiliten una productividad competitiva. Es falso que la pequeña parcela,
unidad productiva, minifundio, traspatio o como quieran llamársele no sea
productiva y competitiva. Los campesinos y pequeños productores tenemos razones
técnicas, científicas y sociales para demostrar esta falacia.
¡La 4ª Transformación
debe iniciar por transformar los estómagos vacíos de las familias campesinas,
por estómagos saciados de alimento generado por sus propias manos, en sus
propias tierras y con sus propias herramientas!
En realidad existen
cooperativas, uniones y empresas sociales que han sido exitosas, incluso, que
son quienes están sosteniendo todavía niveles de exportación, el problema no es
el retorno a la hacienda capitalista del Porfiriato, como algunos neo-
latifundistas nacionales y extranjeros puedan pensarlo.
No se requiere de ser
experto para reconocer que el campo mexicano posee tal variedad de climas y
productos, que comparativamente podemos superar países altamente desarrollados.
Los riesgos de la globalización están en la manera como lo conciben los que
solo piensan en las ganancias egoístas sin importarles la exclusión y muerte
que generan.
Nos critican de que es
muy poco el tiempo, meses de la recién administración federal que transformará
al país, y que el fracaso del panismo local en representación de Javier Corral,
nada tiene que ver ni con Morena, poco o menos, con la 4ª Transformación, a lo
que simplemente, respondemos que es tiempo de agudizar nuestras miradas,
limpiar nuestros anteojos y observaremos mismos personajes, mismos grupos y
organizaciones, de la misma manera, que las mismas mañas clientelares y de
coyotaje, como en el frijol y el maíz se ha observado recientemente.
Es en este sentido que
los errores de los gobiernos estatal y federal, en materia agroalimentaria en
lo particular, y en lo general, se caracteriza por una ausencia en una Política
Social que aliente la producción en pequeño, al menos en el materia
agroalimentaria, y que se aleje por completo de las recomendaciones del Fondo
Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM), y demás organismos
internacionales y económicos que tienen obligados a los gobiernos como México a
seguir con sus prácticas Neoliberales de actitud de claudicación y entrega al
capital extranjero.