Producción Intensiva de borregas. |
Edición: Luis Iván
Tarín Alcalá
Los gobiernos en nuestro
país de los últimos 40 años, se han caracterizado por ser fieles discípulos y
destacados alumnos del capital global, siguiendo a rajatabla las indicaciones
que los organismos financieros internacionales como son el Fondo Monetario
Internacional (FMI), el Banco Inter Americano del Desarrollo (BID), y el
Organismo Mundial del Comercio (OMC), que entre otros, han impuesto a México y América
Latina, sus directrices políticas y económicas, haciendo que éstos se quiebren
ante las amenazas de suprimir las líneas de crédito y demás activos como
mecanismos de presión económica.
Lo anterior, hace vigente
aquel dicho de un funcionario del Presidente Wilson de los Estados Unidos de
América (USA), que en su época mencionó que para conquistar México no se
requería el uso de una sola bala, bastaba con seleccionar a sus jóvenes
ambiciosos (Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo
Ponce de León, por mencionar de los más populares en el tema), llevarlos e
inscribirles a las Universidades de Yale, Harvard, Chicago, entre otras, para
capacitarles y enseñar su doctrina.
¡Ha quedado demostrado
que éstos discípulos aprendieron la lección con destacadas notas,
reconocimientos y hasta premios administrativos!
Las recomendaciones del capital
global han sido apoyar a las grandes corporaciones internacionales que medraron
y siguen medrando con el hambre del pueblo, en un perverso sistema Neoliberal en
el cual se premia al capital especulativo (mercado),
sobre el capital productivo (trabajo),
y en donde la producción campesina en el país quedó excluida. Se hace
indispensable el giro inmediato en dicha política Neoliberal, siendo
precisamente aquí, en donde la Asamblea Popular Comunitaria (APC), se detiene
para repetir la necesidad de una “Nueva Política Económica Nacional” en donde
quepamos todos.
Cabe recordar los
problemas generados por la cantera vencida en la década de los años 90, es
decir, aquellos productores y población en general, que se vio afectada, por el
incremento en las tasas de interés impuestas en la década de los noventa del
siglo pasado, por los bancos y banqueros, en un afán desmedido de lucro
evidenciaron lo descarnado del modelo Neoliberal, y que lastimosamente sigue
siendo promovido y re-adoptado por las instituciones financieras nacionales,
aunque negado en su discurso. Recordemos los resultados negativos que trajo
como consecuencia la descapitalización y desmantelamiento de los Sistemas de Producción
en México, lastimando y dañando a miles de productores del campo mexicano.
Definido como un Complot Financiero Internacional y Nacional
en Contra del Campo Mexicano, vivimos y continuamos en una grave
dependencia de alimentos con respecto el vecino país del norte, inclusive o
principalmente, en los productos básicos de la alimentación de los pueblos de
México; importamos de los Estados Unidos de América (USA) el Maíz us2 (desfructificado), leche en polvo,
sucedáneos y demás porquerías, así como también, trigos, oleaginosas, así como
carnes (desclasificadas) que, por
cierto, han hecho millonarias a empresas en el estado de Chihuahua y en general
en el país, como lo es BAFAR, por mencionar solo una de renombre local.
En otras palabras,
significa decir que la política Neoliberal aplicada en el campo mexicano hizo
que solo algunas empresas y familias se hayan enriquecido y favorecido a través
de la especulación y negocio a costa del hambre en los pueblos de México.
2019
A inicios del año la
Asamblea Popular Comunitaria observa, con suma desconfianza, la reducción del
presupuesto al Campo; como una de las principales y favoritas medidas que el
sistema Neoliberal aplicó en los países llamados en subdesarrollo, lo cual, nos
lleva a ratificar nuestro compromiso y responsabilidad en intentar revertir los
daños que el Neoliberalismo dejó en nuestro Campo Mexicano.
Una verdadera concordancia
histórica resultaría luchar por la verdadera transformación del país, más justa
y equitativa para los que menos tienen y más necesiten, no solo de palabra,
sino en los hechos.
Urge una nueva revisión de
la situación para los sectores rurales, y por supuesto, del Presupuesto y
Financiamiento para el Desarrollo Rural, en lo general como en lo particular,
para la reactivación del campo mexicano, no solo en el estado de Chihuahua,
sino a lo largo y ancho del país, dando mayor peso a la producción de
alimentos, como es que se dijo se pretende llegar a la “Autosuficiencia
Alimentaria”.
El deterioro del “agro”
mexicano ha llegado a tal grado, que nuestra desconfianza acerca de la
reducción del presupuesto al campo, es completamente legitima, debido a que sí
los anteriores gobiernos, incluso bajo el discurso demagógico de “incrementos”
durante el ejercicio de sus administraciones, dos del PAN y la recién salida
del PRI, no resultaron significativos en comparación con las necesidades reales
del país, por supuesto, acumuladas durante décadas de abandono, ahora menos
podrán ser siquiera señaladas debido a la reducción de recursos dirigidos a los
sectores rurales.
La Asamblea Popular
Comunitaria considera importante alejar del presupuesto toda aquella costumbre
y tradición de maquillar, manipular y hasta obrar de mala fe, en torno al manejo
del recurso público dirigido al campo. No obstante, se estima que bajo esquemas
de simplificación, trámites directos y/o mejoras de la eficiencia en el uso del
presupuesto, alejando por completo las prácticas clientelares y paternalistas,
que tanto daño han hecho al campo mexicano, se puede generar un importante
avance en el camino de la Autosuficiencia Alimentaria, no así con la reducción
de los pocos recursos existentes.
Es una realidad que el financiamiento
en México para el ámbito rural ha sido sumamente limitado, e incluso, casi nulo
o inexistente para ciertas poblaciones y regiones campesinas. Si a esto agregamos,
a las personas y productores que han sido boletinados en el Buró de Crédito y/o
algún Banco, junto con la reciente reducción de recursos que ofrece el nuevo
gobierno, surge la necesidad y con imperativo de Urgencia Nacional de reactivar
los créditos y generar subsidios especiales y específicos con un carácter
netamente de Sentido Social, y no especulativo, como se ha venido manejando
desde las administraciones de las últimas décadas.
Resulta imposible para alguna
persona y/o grupo social productivo pequeño (cooperativas), reactivar cualquier
Programa Productivo con las amenazas constantes de los Buitres del capital, como lo son bancos y banqueros,
sobre los ya de por sí diezmados, medios y sistemas de producción locales y/o
regionales. Requerimos de un Sistema Financiero para el Campo con Autonomía
Política y Subsidios Específicos y Especiales para ampliar los márgenes de
maniobrabilidad necesarios para los productores locales.
Reflexión final:
Se tiene que dar una
solución justa y definitiva a los productores caídos en Cartera Vencida, así
como la restitución lo antes posible a los productores de sus Medios de
Producción, independientemente del estado que guarden los juicios y
resoluciones judiciales sobre los bienes de los productores.
Creación de una nueva
Financiera Rural o de las existentes hacer su reforma necesaria para independizarles
y colocarles en completa autonomía de la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público (SHCP).
Actualización de los censos
existentes, para una nueva re-Estratificación de los productores a nivel
Nacional según sus niveles y/o regiones socioeconómicas.
No se puede concebir ningún
cambio social en México sin la activación del Campo Mexicano, tanto para la Autosuficiencia
Alimentaria, como para el Mercado Externo, por lo que, sin un proyecto
financiero viable en México, no existe camino posible para poder garantizar el autoconsumo
de alimentos en el país.
Si seguimos bajo las
típicas caracterizaciones elitistas, poco avanzaremos. Lo mismo debe ser sujeto
de apoyos la muy pequeña propiedad o minifundio, como las economías medianas
y/o a escalas mayor, siempre y cuando se priorice y respete el principal
sentido de la patria que es la Justicia y Sentido Social.
Re-Evaluación del
Presupuesto y Financiamiento para el Desarrollo al Campo.
[1] Texto
preparado para el Acuerno Nacional para el Campo, febrero 2003
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