Migrantes, México y los sueños enterrados. (Crónica)
Por Juan Luis García Hernández
A raíz de las presiones que desató la crisis de los niños migrantes en Estados Unidos, el gobierno mexicano se vio presionado a detener el flujo migratorio, dando como resultado la implementación del Plan Frontera Sur.
A raíz de las presiones que desató la crisis de los niños migrantes en Estados Unidos, el gobierno mexicano se vio presionado a detener el flujo migratorio, dando como resultado la implementación del Plan Frontera Sur.
Durante el anuncio de la nueva disposición, el presidente de Guatemala aplaudió la medida de su homologo mexicano Enrique Peña Nieto por tener una “visión humanitaria” de la problemática. Seis meses después, los primeros resultados muestran que el plan no está hecho para proteger migrantes.
Los tres están fatigados. Quién no lo estaría. Han caminado más de 100 kilómetros desde que salieron el primero de enero de la Libertad, El Salvador, con el sueño americano en mente. Durante su viaje la noche los encontró en Ciudad de Guatemala, Huixtla y Pijijiapan, estos dos últimos municipios del estado de Chiapas.
Tras cruzar el río Suchiate, que divide la frontera de Guatemala y México, han alternado la caminata con combis, bordeado casetas y abierto paso a través del monte usando sólo su cuerpo hasta llegar a Arriaga, a 286 kilómetros de la frontera de Tecún Umán.
A pesar de que parte del Plan Frontera Sur conlleva la restauración de las vías férreas en el sur de México, una inversión de alrededor de 68 millones de dólares en el 2014, hasta ahora los rieles sólo les han servido a estos hombres para estar seguros de que caminan al norte.
Arriaga está ubicada en el istmo de Tehuantepec, la parte más angosta entre el océano Atlántico y Pacífico de este país, lo que genera que los vientos soplen hasta chiflar. Ahora es cuando los tres migrantes esperan con certeza encontrar al tren, también llamado la “Bestia”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario